Últimamente, reflexiono mucho sobre las ideas, la creatividad y los proyectos presentados en estos años, todos ellos con fallidos resultados, pensando que, al final, las ideas molestaban, o al menos las mías. En estos últimos tiempos, cuando he propuesto una serie, un guion de película, un libro o un programa de entrevistas, la respuesta siempre era la misma: «Lo siento, ahora no, ahora no toca. ¿Qué quieres? No molestes, es un mal momento. ¿Es que no ves que está todo fatal? No hagas nada, ya lo hacemos nosotros. Lo siento, nosotros ya tenemos nuestras ideas y no queremos ver nada externo». Las ideas molestan, como si uno tuviera que ir pidiendo perdón por ser creativo. En estos años, he recibido tantas respuestas negativas que, con cada nuevo correo que redactaba para presentar un proyecto, me comía la cabeza durante horas para elegir las palabras adecuadas que no fueran demasiado molestas, llegando incluso a enviar correos electrónicos con un: «Hola, aquí dejo esto, adiós». Y sí, siempre será un mal momento para presentar una idea; da igual en qué época estés, porque, como creador, siempre estarás viviendo en un mundo hostil repleto de crisis, guerras, bancarrotas, genocidios, cambio climático y pandemias. «Joder, es que ahora la cosa está muy mal; espérate a que las cosas estén un poco mejor», te dirán siempre los que están al otro lado y que no paran de encadenar proyectos. Los que venden siempre sus ideas no quieren que tú coloques las tuyas, y no sé si esto pasa en todas las profesiones, así que ve con cuidado cuando presentes tus ideas.