sábado, 22 de febrero de 2020

AHORA


Madrid. 22 de octubre

  Y esto parece que va a ser la primera entrada en este nuevo blog, entre diario de dramas y vivencias, pensamientos y muchas ideas, entre Mallorca y Madrid, nadando entre la miseria y el talento. Por el momento sigo en la miseria, saltando entre trabajos de mierda. Hace tiempo que dejé de ser «artista», al menos de manera profesional. Así que en mis épocas de estar parado, que son muchas, sobre todo en esta última época, he decido que puedo seguir escribiendo sin la necesidad de venderle nada a nadie. Me apetece escribir. Además, si escribo me siento menos solo, o al menos menos solo conmigo mismo. 

Hace dos meses que dejé de trabajar en la cocina de mi último trabajo en un hotel en Mallorca. Pasé el verano en la isla viendo con mi padre en su casa y acompañado de mi novia. Ella se quedaba en casa y yo salía cada mañana para hacer mi turno partido: de diez de la mañana hasta las tres de la tarde. Y luego por la tarde de cinco y media hasta el cierre del comedor a las diez de la noche, y sí, ha sido una puta mierda. 

   En unos de esos días trabajando me pillé un dedo de la mano con una puerta de la basura. Días más tarde la uña del dedo se me empezó a poner negra, me dolió de la hostia. Unos días más tarde me quemé con el vapor de una olla. Así que ahora tengo el recuerdo de esos días en las heridas que arrastro. En algún momento se me acabará cayendo la uña muerta.

 Desde el pasado jueves estoy aquí metido en casa, encerrado. Ayer por la tarde lloré un poco, no sé, por todo,  porque no podía más y porque tenía que desahogarme, porque estaba saturado de tanto fracasar, de estar siempre tan mal, de estar en la mierda y de ir a a hacer la compra con 5 euros. Espero poder tener dinero algún día para saber sin da la felicidad o no.

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