lunes, 2 de marzo de 2020

HOTEL

EL HOTEL

Si no te gusta la gente, este no es tu trabajo. Si no te gusta la gente comiendo, este no es tu trabajo. Los clientes, como zombies, se arrastran por el comedor hasta llegar al buffet. Si no te gusta ver a la gente después de comer, sentados en la mesa, hablando, este no es tu trabajo.
La gente que viene; por lo normal come mientras cogen la comida, es así de asqueroso; se arrastran por el comedor con las bocas llenas. He visto caer cosas de las bocas de los clientes que han caído en las bandejas de comida mientras se llenaban el plato.
Este en un hotel de “todo incluido” que quiere decir: pagas una puta mierda, recibes una puta mierda. No, la comida no es buena. Si te gusta comer bien, el mundo de la cocina, los chefs, sentarte en una buena mesa de un restaurante y mirar la carta, entonces no deberías estar aquí.
Soy ayudante de cocina, es un trabajo temporal. Hace mil años que me digo esto -Solo es un trabajo temporal, cuando quiera lo dejo-.
-Vale, es un trabajo-. Si trabajas de camarero también puedes pensar -Podría ser peor, podría ser un niño del Africa-. Si curras de camarera de pisos limpiando habitaciones también puedes pensar -Podría ser peor, podría ser una niña del Africa-. Si eres un niño del África, bueno, eres un niño del África.
El turno partido
No sé quién fue el hijo de perra que inventó el turno partido. Esa persona ahora mismo debe de estar ardiendo en el infierno.
¿Qué es el turno partido?
Sabes esa gente que se levanta temprano y escribe en twitter -jo, vaya rollo, otra vez lunes-. Y luego se meten a trabajar en una oficina delante de un ordenador, a las 11 paran para tomar café y fumar un cigarrillo en la puerta y luego a las dos cogen y vuelven a sus casas y ya no trabajan más hasta el día siguiente. Pues esa gente no es la que tiene el puto turno partido.
 El turno partido quiere decir que te levantas por la mañana y te pasas todo el puto día para hacer 8 horas de trabajo, estás todo el maldito día pendiente de la hora y los putos minutos, todos los minutos y segundos son valiosos. Me levanto por la mañana sobre las 9:00. Antes de eso he mirado el móvil como unas mil veces, a partir de las 6 de la mañana ya estoy pendiente del reloj. También es la primera vez que tengo un trabajo al lado de casa y lo tengo todo calculado al milímetro: Si voy a un paso ligero en 7 minutos estoy en el hotel. Camino cuatro manzanas más una curva que rodea un antiguo campo de fútbol abandonado que ahora es un parking. Tardo un minuto en cruzar la recepción y bajar los dos pisos hasta llegar a las taquillas. Me cambio de ropa en menos de 40 segundos. Voy al servicio, puedo tardar dos minutos. Luego otros 30 0 40 segundos de pasillo hasta la escalera que sube a la cocina (todo esto mientras me voy colocando el gorro y el delantal) ,Economía de movimientos; Cuanto menos movimientos haga, mejor para mi salud mental.
 Si tienes el turno partido y trabajas en un hotel es mejor que tengas la cabeza en tu sitio. Es mejor que cuando te quites la ropa de la cocina te pongas la tuya y salgas y desconectes un rato. Cuando digo desconectar hablo de que hagas algo que no tenga nada que ver con el hotel; puedes dar un maldito paseo, o echar una siesta (intenta no soñar con el trabajo); puedes escuchar música clásica mientras te masturbas mirando porno, puedes leer un libro o cómics, o te puedes tumbar en el sofá y mirar alguna serie o película. Lo que no debes hacer nunca es salir del hotel y meterte en el bar que hay enfrente y beber chupitos en la barra con tus compañeros de cocina.
Luego está esa gente que llega al hotel vestido con la ropa del trabajo, y se ve van con la misma ropa. Mi padre fue camarero toda su vida, siempre lo recordaré con los pantalones negros, esos malditos pantalones de camarero.
El mejor consejo es que dejes en la taquilla toda la mierda y te des una ducha. Al final se te pegará todo el puto hotel a la piel.

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