lunes, 25 de enero de 2021

BACH Y CIELO GRIS (DIARIO DESORDENADO)

 


 22  de enero.
«Pero vaya año de mierda llevamos». 13:39 y me pongo a Gil Evans en Spotify; al rato me salta una publi de “reggaeton suave” (…) He salido de la cama -más o menos a una hora decente -(algo que me digo siempre que salgo de la cama antes de las 12): Me he duchado; he desayunado; he pensando en cosas. Será otro de esos días de muchas ideas que de nuevo -no servirán para nada-. «Pues un poco negativo si que parece que esté hoy». Apuntes, ideas, tostadas y café. Todo esto es un viernes y la tormenta de la pasada noche se ha llevado toda la nieve que quedaba en las calles. -Y lo que me ha gustado a mí la nieve- (Esto se puede interpretar de muchas maneras, ya lo sé). 

13:44 y por el momento la tele apagada, sé que si la enciendo, me van a saltar un millón de malas noticias. ¿Hemos dado ya el año por perdido? Porque esto no creo que vaya a mejorar en breve. Pienso en el próximo verano, en la temporada hotelera y lo veo todo bastante mal-fatal-negro-oscuro.-De verdad, lo sé, si estabas buscando algo de optimismo y energía positiva, éste no es el espacio-. «Tiene sus ideas muy bien puestas». No sé a cuento de qué me ha venido esta frase cuando estaba metido la ducha. 13:49 y por el momento de ansiedad bien, de lo otro fatala tía. Comeremos, luego una siesta, luego pensaré en todas las cosas me gustaría hacer; luego me sentaré en el sofá y habrá sido otro de esos días. ¿Cuanto tiempo llevo sin trabajar? Pero qué puta mierda. Escribir para intentar dejar algo, escribir para intentar llegar a algo: a alguna buena conclusión de todo este desastre. Parece que va a volver a llover. «Tiempos pasados también fueron una  mierda». «Es que ahora la cosa está muy mal» (da igual cuando leas esto). 14:03 Salvemos la navidad.
23 de enero.
Y no son buenas noticias. A partir del lunes nuevas restricciones. «Los datos no son nada buenos». No paran de repetir en las noticias.
«Da igual cuando leas esto»
Da igual cuando leas esto.
Ya hay más vacunas que Mcdonalds.
Planes para la semana que viene.
-Ponerme en forma y apuntarme a una competición online.
-Ser muso de David Hockney.
-Presentarme por sorpresa en casas acompañado de Julio Medem y quedarnos a comer y dormir.
-Hacerme pasar por un experto en artes marciales.
-Colarme en una premiere de una película documental sobre nazis y hacerme pasar por el director.
-Recorrer miles de kilómetros montando en una bicicleta marcha atrás.
-Terminar de leer toda la obra de Raymond Carver y decir en las redes sociales que me ha parecido una mierda y que está sobrevalorado.
-Escribir un guion mano a mano con Jordan Peele sobre un extraño titiritero cojo que termina siendo productor de televisión. Fernando Tejero haría de todos los personajes (incluyendo los muñecos).
-Crear una aplicación de güija online y venderla a Google y hacerme rico.
-Hacerme pasar por un cocinero famoso en Instagram y enviar por privado a desconocidos fotos de mis platos (con muy mal aspecto).
24 de enero.
«No entiendo nada». Todo esto es un domingo. 13:50H y café con leche y tostadas. Tiene pinta de que va a ser otro de esos domingos.

25 De enero. Lunes y todas esas cosas. Cero ofertas de trabajo, sin dinero en mi cuenta del banco y hace un día de mierda maravilloso. 21:54 y da igual cuando leas esto «todo es una puta mierda». Es que tu diario ese raro me pone muy triste. -Ya lo sé, joder, necesito que me pasen cosas nuevas para poder escribir otras cosas, novedades; por el momento todo sigue igual-. 

 17:49 En Tele5 siguen con el circo de la Pantoja y su hijo, mientras que en el mundo real, todo se ha ido a la puta mierda [...]

 He comido arroz con un huevo frito, y antes de que me estallara la cabeza, he salido a caminar (mi paseo de señor mayor). En ese paseo he pasado por el centro medico porque necesitaba “tiras para la máquina del azúcar” (son una tiras que se introducen en la máquina después de echar una gota de sangre en un lateral de la tira). Una chica muy agradable me ha atendido en la puerta. Eran casi las 15 de la tarde y no he tenido que hacer cola. «La próxima vez, antes de que se te gasten llama antes para venir a recogerlas y así las tendremos preparadas» -Me decía la chica amable, mientras me metía los botes de tiras en el bolsillo-.
 Después de eso he vuelto a salir por la puerta y he caminado hacia el Mercadona, pero esta vez no tenía que hacer ninguna compra; he cogido una calle que me llevaba de nuevo hasta la calle donde vivo; he vuelto a cruzar por la puerta de casa y he seguido caminando (pues vaya tontería de vuelta que he dado). Luego he cruzado el semáforo y he vuelto a pensar en la pasada nevada: en la acera de enfrente he visto unos cuantos kilos de restos de nieve -ahora hielo- apelotonada y sucia, mezclada con un montón de basura. Me ha dado bastante asquito y he pensando en la sensación de tocar “todo ese montón de mierda”. 

Luego he vuelto a pensar en gente resbalando por las calles y en todos aquellos coches atrapados en la nieve, fueron unos días muy mágicos. Durante mi caminata lo que he escuchando hoy ha sido música clásica: Bach (que es la banda sonora de mi divorcio), Mozart (que siempre mola porque sólo tiene hits), Mendelssohn (que suena a nombre de grupo indie), Brahms, Satie, Shostakovich (entro otros…). Toda esa belleza musical sobre mi cabeza y -en mi orejas- mientras me dirigía hacia el parque con sus puertas cerradas (lleva así desde la nevada).

 La música de estos autores siempre me llevan al cine y a pensar que estoy en el interior de una película que me gustaría rodar algún día: imagino una secuencia en la que camino solo, con la iluminación de un día de mierda lluvioso, con un viento que no para de recordarme lo bien que estaba en casa metido en la cama. Si escucho a Beethoven pienso en tormentas y en que todo es un puto drama sin solución «Demasiado intenso, demasiado oscuro». No es lo mismo que un Divertimento in D, K.136 de Mozart, que me puede llevar a algo más ligero, incluso cómico, y tendría que cambiar la luz de todo. Luego también pienso en cómo toda esta música ha influido en la obra de Lars von Trier. Autor que seguramente escuche clásica mientras escribe sus guiones. Así tiene ese muchacho su depresión (…) 

Mientras caminaba de vuelta a casa (meter aquí a Bach de fondo) un señor gordo con una enorme barriga caminaba hacia mí; iba muy lento y muy torpe. Antes de cruzarse conmigo se ha parado para sentarse en un banco porque ya no podía más con su vida. Cuando lo he visto sentarse he pensando en que yo no estaba tan mal (de momento). «Tengo que ponerme en forma o terminaré así». Antes de volver a cruzar el semáforo me he metido en el chino para comprar un par de barras de pan. Luego me he metido el ascensor con las barras debajo del brazo mientras pensaba en un café y en que tenía que llamar a mi hija.
Al volver a casa me he vuelto a mirar “el volumen” de mi azúcar en sangre; el paseo me lo había regulado (como suele ser). Lo otro de la cabeza ya tal. Luego me he sentado delante de mi portátil y he vuelto a pensar en la depresión -¿sufro depresión ahora mismo?-. Luego me he metido en Google para leer sobre los síntomas para averiguar si los tengo.Los síntomas de depresión pueden ser entre leves y graves, e incluir:
1 Sentirse triste o vacío. Aquí tengo que decir que nunca he sido una persona muy alegre, ya lo sabes (con todos los años que he dedicado a hacer reír a los demás). ¿Y si me siento vacío? Nunca he entendido muy bien qué quiere decir eso. Sentirse vacío suena a concepto, a frase de película.
2 Perder el interés en las actividades favoritas. 

 Si a los intereses se refiere a cosas que no estén relacionadas con el trabajo, tengo que decir que no he perdido el interés por las cosas que me dan placer: ver cine, escuchar música, masturbarme con porno suave de los 70, escribir a diario. Sí que es verdad que he perdido el interés por grabar mis vídeos, algo que hacía a diario y que fue mi trabajo durante unos años. Pero es comprensible que no me apetezca seguir produciendo (después de tantos años) a cambio de nada.
3 Comer demasiado o no querer comer para nada. Joder, me encanta comer y no puedo dejar de comer.  Te lo dice un ex-gordo ahora diabético por la mala alimentación.
4 No poder dormir o dormir demasiado. Aquí tengo que decir que duermo mucho, pero porque también me acuesto tarde.

 Después de mi paseo de hoy me he echado una buena siesta que te cagas. También duermo para no gastar tanto. Supongo que dormía mejor en otros momentos de mi vida. Estar en esta situación tampoco ayuda mucho.
5 Tener dificultad para concentrarse o para tomar decisiones. Esta parte suena a trampa, ¿qué quieren decir exactamente con lo de tomar decisiones?, ¿decisiones laborales?, ¿Decisiones si quiero darme una ducha o no? Tampoco puedo decidir muchas cosas en esta etapa de mi vida, no se me presentan opciones de nada; vivo en una continua rutina en la que todos mis día son iguales; sin ingresos, sin trabajo, sin poder moverme.
6 Sentirse muy cansando. -Sí y no- casi siempre diría, pero también es por la poca actividad que tengo. Estoy muy cansando en muchos aspecto, pero más en lo emocional, pero porque todo es una puta mierda. Estar sin objetivos es bastante agotador; cuando nadie te quiere para nada, cuando nadie cuenta contigo, es bastante duro. Tampoco ayuda sufrir diabetes (lo peor que he heredado de mi familia).  
7 Sentirse desesperanzado, irritable, ansioso o culpable. (Aquí volver a poner a Bach de fondo). En este apartado tendría que decir que estos síntomas son los pilares de la comedia. Pues claro que me siento desesperanzado, irritable y jodidamente puto ansioso. Pero no me siento culpable, ¿culpable de qué? No es culpa mía que el mundo se haya ido a la mierda, no es culpa mía que en Tele5 hablen todo el día de la Pantoja y del gañan de su hijo.
8 Tener dolores generales, dolores de cabeza, cólicos o problemas digestivos. Sobre todo me duele la mente y me duelen los años que llevo encima. Realmente no tengo dolores físicos. «Cuando tengo ansiedad si que es verdad que se me remueve una cosa en el estomago que me dan ganas de bombardear un país tercermundista».
9 Pensar en el suicidio o la muerte. Pienso en la muerte, diría que a diario, pero por eso también escribo comedia y este extraño diario. ¿Se me ha pasado alguna vez por la cabeza el suicidio? Sí y no, supongo que como todos. Ya es tarde para eso, prefiero seguir por aquí dando el coñazo con todo esto. Además, si me suicido no podré seguir viendo películas. Hay que seguir haciendo cosas.
Después de contestar a todas estas preguntas no sé si me quedo más tranquilo o más relajado. Son las 19:43 y el día ya está prácticamente hecho. En un rato cenaremos y mañana volverá a ser otro maravilloso día de mierda. También piensa que Carver murió con 50 años y dejó una obra impresionante (no sé muy bien qué quiero decir con todo eso)…cierro por aquí.

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