leo por Twitter :«Qué manía con menospreciar al que vota distinto». Pero, ¿y si ese voto distinto va para esos partidos que no han parado de menospreciar a los ciudadanos con menos recursos, los trabajadores, las minorías, o las clases sociales inferiores?..No sé, cada vez me siento más tonto y más confuso, pero porque no entiendo nada y porque cada vez más, está siendo muy complicado defender unas ideas de “izquierdas” (que alguien venga a explicarme que es eso, porque hace tiempo que me he perdido).
Tengo 46 años y he sido hijo de trabajadores que han sudado sangre toda su vida, dejándose la piel trabajando en hoteles de Mallorca; padre camarero (toda su vida) y madre camarera de pisos. Retirada antes de tiempo. Con 16 años -por mi mala cabeza- yo fui escupido directamente al interior de las cocinas de los hoteles, y me pasé 15 años metido en ellas; primero como friegaplatos, luego pinche, y más tarde como ayudante de cocina…En mi familia y en mi casa siempre se ha trabajado, es lo que hacíamos. Familia andaluza que dio el salto a la isla para buscarse la vida. 8 horas de jornada laboral (alguna más); muchas horas extras (muchas no pagadas), dos días libres, vacaciones, pagas extra… trabajo fijo y los meses de paro (los fijo discontinuos). Y la vida era así si te lo currabas: trabajabas, ganabas tu sueldo, tenías tus cosas.
En mi casa nunca hubo libros, ni arte, ni cine de Fellini. Mis padres no se sentaban conmigo para hablarme de las putas maravillas de la obra de Mondrian, o de lo genial que es leer a Kafka. Mis padres se levantaban muy temprano y se pasaban todo el día encerrados en los hoteles. De niño me crié con una abuela analfabeta de Málaga, y tuve una infancia normal, feliz y corriente, viviendo en una barriada turística. El Arenal, lugar de borrachera y playa, pueblo de paso para echar la temporada y volver para casa. En los meses de invierno, uno de lo lugares más tristes del mundo. En verano, la misma tristeza pero con sol todo el día…
En mi familia todos eran trabajadores currantes, humildes, honrados y sencillos (todas esas cosas que se decían antes). Y en mi casa siempre me repetían lo mismo: trabajar, no robar, no ser un vago, no jugar a las máquinas, portarse bien, no engañar, ser buena persona, no hacer el gilipollas, no coger nada de nadie. «¿qué tienes pensando hacer con tu futuro?». «Si te esfuerzas y trabajas duro ,tendrás tu casa y tu coche». Y eso es lo que hice durante muchos años; me levantaba, iba a trabajar, hacía mi jornada y volvía de noche a casa, y al día siguiente lo mismo, y así durante muchos años… Y luego me casé, me compré mi casa y mi coche, y luego fui padre. Luego me hipotequé y sufrí todas las crisis del mundo: 2008, el paro, la hipoteca (¿en qué cojones estábamos pensando?) Al final el banco se quedó con todo y yo me quedé sin nada.
Así que desde la ruina te lo digo: «no sé que es eso de la izquierda». Mis padres votaron toda su vida al PSOE, currantes de izquierdas, de Felipe González y Alfonso Guerra; vivieron con Franco y no recordaban nada bueno de aquella época. ¿Se puede decir dictadura? Mi abuela siempre decía que cuando estalló la guerra, ella salió corriendo, así que siempre tengo la imagen de mi abuela corriendo, no sé hacia dónde, pero corriendo mucho, como Forrest Gump. Así que como mis padres, yo también fui votante de la izquierda (aquella izquierda), y he votado a Zapatero y a Podemos. Con Zapatero me beneficié del chequé bebé y dejamos de fumar en el interior de los bares, y vi como las parejas homosexuales se podían casar.
Luego me sentí engañado con los «brotes verdes» y me sentí estafado cada vez más. Con Aznar yo era muy joven, pero recuerdo que nos metió en una extraña guerra -que se habían inventado-, el «No a la guerra», y toda España era una gran obra llena de grúas y nuevas rotondas; el boom de los pisos y la construcción. En solares en los que no había nada, de repente construían nuevas ciudades de la nada. «Hazte albañil o camarero», ahí estaba el dinero.
He ganado mi sueldo y he visto dinero de las propinas; he tenido mi coche, mi casa, he hecho mis viajes y me he pagado mi cena y mi cine. Y luego me he quedado sin nada.
Con la aparición del 15-M yo también salí a la calle, me llamó la atención aquel movimiento, algo estaba pasando en la calle y quería verlo. El movimiento del 15-M en la Puerta del Sol. La aparición de personas inteligentes (de apariencia normal) que transmitían un mensaje claro y potente; hablaban de las diferencias entre clases, la casta, los ricos, el paro, las desigualdades sociales, los derechos, los salarios justos, la explotación laboral, la vivienda digna, la hipoteca, los desahucios… Los indignados del 15-M «toma la calle». Lo reconozco, me emocioné en más de una ocasión escuchando a Pablo Iglesias, pensé que todo aquello traería algo bueno: un cambio, una nueva izquierda, un país más listo y moderno (yo qué sé, pero qué tonto soy).
Luego llegó Mariano Rajoy, y sigo en estado de shock, sigo sin entender nada, -bueno, ni él se entendía a sí mismo-. Fueron los años de intentar entender al líder menos carismático que ha dado la política. Los años de Esperanza Aguirre, Fátima Báñez, la chulería de Sáenz de Santamaría (mete aquí su baile en el Hormiguero); Dolores de Cospedal y la aparición de ese personaje de `Mortadelo y Filemón´ llamado el Señor Bárcenas.
En esos días la Sexta se puso a tope y Al Rojo vivo, fabricaron el modelo del «tertuliano televisivo», y los platós se llenaron de los dueños de los periódicos, de analistas de todo tipo que podían analizar cualquier cosa. De los debates de Tele5 sobre Gran Hermano o Operación triunfo, pasamos a ser espectadores de los debates de política de la Sexta los sábados por la noche.
Los tiempos de Inda, Marhuenda, Iglesias, Errejón, Tania Sánchez, Bescansa, Monedero… El circo de la crisis televisado las 24 horas del día.
El juicio a Bárcenas y la «Caja B» del partido, la sede y la corrupción. Horas y horas de programación para exprimir la «LA CRISIS», porque era lo que vendía: los dramas, el paro, los desahucios, la gente en la calle y la indignación.
Los tertulianos de la crisis haciendo caja con cada intervención en el programa de turno…Lo confieso, yo voté a Zapatero, a Podemos y a Pedro Sánchez. Desde el 2008 hasta el 2015 nos metieron bien la CRISIS hasta el fondo. La crisis era la excusa para todo: «es que ahora la cosa está muy mal», «es que con la crisis estoy obligado a explotarte el doble, es así, lo tomas o lo dejas, ahí está puerta si quieres».
Y si tienes un problema, que sepas que tienes un sindicato que siempre luchará por tus derechos laborales.
He tenido buenos trabajos y he ganado dinero, y también he tenido trabajos de mierda, y me han tratado fatal; y me han engañado, y he ganado muy poco dinero, y he regalado mi tiempo y mi puta alma, y me he sentido frustrado, impotente y deprimido; con ganas de llorar y de tirar la toalla, y de mandarlo todo a tomar por culo. Me han exprimido, explotado y se han aprovechado de mí hasta los putos límites, y me he sentido un completo gilipollas… Todo por una miseria de sueldo mientras el empresario, al finalizar la jornada ,contaba sus billetes delante de mí cara…
También he sido autónomo y, sin ninguna duda, como trabajador han sido los años en los que me he sentido más indefenso y maltratado «¿pero qué cojones estoy haciendo con mi vida?, todo este sufrimiento no sirve para nada».
En mi vida he oido hablar miles de veces sobre la lucha obrera, el pueblo, los sindicatos, los trabajares, LOS DERECHOS, de que la unión hace la fuerza, de que «juntos» podemos cambiar las cosas. He aprendido y he visto como la empresa siempre le arranca la cabeza al pequeño, al que no tiene nada y está desesperado. «Yo te estoy regalando un puesto de trabajo y tú me tienes que obedecer».
He visto como siempre se ha premiado al empresario de turno, al dueño de los supermercados o al multimillonario del textil. La fiesta de los señores ricos vips, con su cena en homenaje al hombre del año, al misántropo del siglo, al hombre que se hizo a sí mismo y construyó su imperio desde la nada.
Me he ido haciendo cada vez más viejo, más pobre, más amargado y más arruinado… He pasado por un divorcio, he cambiado de ciudad y he trabajado en mil sitios. He tenido perros y gatos, he leído algún libro y he visto un millón de películas. De trabajar de autónomo durante unos años en el mundo audiovisual, he tenido que volver a la primera casilla de juego para volver a fregar platos.
Luego no sé que pasó que nos arrasó una Pandemia mundial (pero parece que ya nos hemos olvidado de eso). Aplauso a la 8 en el balcón. En los meses del confinamiento tiré de ayudas sociales y me dieron cajas con comida, y luego solicité -espera que me entra la risa- la ayuda del «ingreso mínimo vital» y me lo denegaron…
Espera, ¿de qué iba todo esto que estoy escribiendo?, joder, que me he perdido… vale, sí, de la izquierda y todo eso…A día de hoy no tengo muy claro que es la izquierda(las ideas de izquierdas), ya lo he dicho antes, estoy confundido, échame una mano… Desde hace tiempo (intento) estar desconectado de los debates televisivos. Intento no entrar en discusiones ni polémicas sobre nada. Intento vivir una vida relajada y pobre «vaya lujo ser pobre». No soy de los que defienden la idea que los lideres de izquierdas tienen que vivir en la nada, semidesnudos en los bosques mientras luchan por las causas justas. Soy un desencantado, un desilusionado. Sé que vivo en un sistema cada vez más competitivo y capitalista, y que la única ideología que existe es la del dinero, que nos gobierna «La empresa», el banco, los billetes, el negocio. Pero esto ya lo sabíamos, el cine de los 80 no ha parado de repetírnoslo una y otra vez.
¿Y la Derecha qué es?.. El Partido Popular (el de Fraga), el de Alianza Popular de toda la vida -esos son los fachas, ¿no?..Llevo toda mi vida oyendo hablar de la Derecha y la Izquierda. Los ricos y los pobres, los rojos y los fachas. «Y lo bien que se vivía con Franco».
«Antes, te venía un guardia civil y te daba cuatro hostias, y tú te callabas la boca, porque podían hacerlo» […] Llevo años oyendo hablar sobre las cunetas y la memoria histórica, La República (de Star Wars), el bando bueno y el bando malo. Los grises y los azules, los verdes y los amarillos -yo qué sé-. No me seas facha. Antes era eso, o rojillo o fachilla. Luego llegaron los social- comunistas- bolivarianos. La Ley de memoria histórica y El valle de los Caídos. -¿Pero van a condenar el franquismo?-. ¿Cómo cojones quiere que lo condenemos si el franquismo es el ADN de nuestro partido?..Hostia puta, seamos sensatos y coherentes.
He visto la salida de Rajoy y todo el circo de la cárcel por televisión; Soto Del Real y los papeles con el rotulador amarillo. Ana Mato y coches que aparecían misteriosamente en su garaje.
He visto como ministros como Montoro y otros señores del Gobierno se reían de nuestra cultura y de nuestros actores, llamándoles «titiriteros y sinvergüenzas de la subvención» y otras descalificaciones. Bardem sin ir más lejos, actor ganador de un Oscar (ojo con esto).
En abril del 2019, VOX, el partido ultraderechista entra en el congreso con 24 diputados. A partir de ese momento ,Santiago Abascal, Ortega Smith y Rocío Monasterio pasan a ser nombres cotidianos en nuestros día a día. Al principio con cachondeo, con escepticismo, luego con incertidumbre e inquietud, ahora con miedo, con mucho miedo. VOX se hizo fuerte con el discurso de «La derechita cobarde», con la intención de atraer la derecha más chunga y más extrema hacia ellos. VOX nos ha dado una hostia y nos ha pasado por encima sin darnos cuenta. El mensaje de odio más rancio y más peligroso se han hecho fuerte, sin complejos. Aquí ya nadie oculta nada ni se guardan las formas, aquí ya todo vale. Un mensaje de odio que parecía caduco, de repente se volvía más actual que nunca y a pie de calle. Los medios de comunicación le daban la bienvenida a la ultraderecha, abriéndoles las puertas y dándoles voz (altavoz), al odio, con un mensaje contundente dirigido a las cabezas más desorientadas y menos amuebladas.
Los señores de VOX son Señores de dinero, señoritos de buenos barrios, señores y señoras que no han trabajado en sus vidas. VOX es un partido político que se ha apropiado de la imagen del Ejercito y de la guardia Civil: todo verde, todo muy patriótico, todo amarillo y rojo bandera. Con un líder que no ha estado en el ejercito (dato que todos sabemos). La imagen de su líder es dura, fuerte, siempre serio, a cara de perro y desafiante. Un líder peligroso que se machaca en su gimnasio privado para dar esa imagen de -estar preparado para la guerra en todo momento-. Desde el año pasado y hasta la fecha, VOX se ha ido haciendo cada vez más grande, más fuerte, con su ideología retorcida y peligrosa.
Cuantas veces nos han machacado la cabeza con esos términos confusos como los de la «Marca España», la España se rompe, la Unión de España. Abascal y los suyos también se apropiaron de estos mensajes -que no tienen ningún sentido- para meter miedo a los tontos repitiendo una y otra vez que el enemigo de España eran «los comunistas separatistas».
La derecha Popular, viendo como se quedaba atrás con su viejo discurso de la derecha carca, endureció su mensaje para competir con el mensaje duro de la ultraderecha. «Comunismo o libertad» -Madre mía, estábamos en campaña-. VOX ponía propaganda electoral en los metros con datos inventados sobre las abuelas y los MENAS (Menores Extranjeros No Acompañados. «Vota seguro» o, «con VOX, los españoles no volverán a ser los últimos».
Ayuso montó un hospital a toda castaña, le dio pizza a los niños, empezó a meter mierda contra el Gobierno central y se centró en hablar mal de Sánchez, luego vio que Iglesias podía ser un problema y fue contra los “comunistas” «libertad o comunismo». Y estaba claro que aquí «libertad» quería decir poner cañas y pinchos de tortilla…
Mis ojos lo vieron (¿o lo he soñado?), la señora Ayuso dijo en Tele5 que si la llamaban fascista es que lo estaba haciendo bien. «El fascismos, el lado buena de la historia». La democracia que se va por el váter.
Ayer tarde ganaba Ayuso, y ahora sus prioridades son pactar con VOX para gobernar en la Comunidad de Madrid. La campaña del PSOE ha sido la más débil y aburrida de su historia, sacaron del baúl a Ángel Gabilondo, un político que duerme hasta las plantas. Ayer noche, Pablo Iglesias dejaba todos sus cargos políticos y las redes sociales eran una trituradora de carne donde se seguía desprestigiando su persona, su nombre y su imagen: «coleta, chepas, rata. Mereces la muerte tú y toda tu familia…» Siento que este país está bien jodido y está programado para la autodestrucción. Hace medio año, en el metro, escuché a un señor mayor que le decía a otro hombre más joven: «en cuanto entremos los de VOX, vamos a pegar un golpe de estado y le vamos a pegar cuatro tiros en la cabeza el Sánchez, menudo hijo de puta».
Y que sí, que todos somos muy modernos y que hay que respetar las ideas políticas de los demás, pero si esas ideas van de ensalzar el fascismo, adorar a Hitler, Franco, negar el holocausto, ser negacionista de la pandemia y pensar que la tierra es plana, en nada veremos torres de libros ardiendo en las plazas y gente colgada del cuello por sus ideales (¿o eso ya está pasando?) No contéis conmigo para esta mierda.
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