jueves, 1 de julio de 2021

IR Y VOLVER (TODO EL TIEMPO)

 1 DE JUNIO
Ya es un 1 de junio en este extraño y largo viaje. Sobre las cuatro de la madrugada salía de mi pequeña e incómoda cama y mi padre, me acompañaba con su coche hasta el aeropuerto. A esas horas, el aeropuerto tenía sus locales cerrados (como suele ser); he intentando hacer cola en una cafetería que acababan de abrir mientras miraba mi cola de embarque. Al final se me ha escapado el café y me he tenido que meter corriendo en el avión. Volar con Iberia siempre es otra cosa: sabes que no te van a dar el coñazo durante el vuelo intentando venderte mil mierdas. Una hora y algo de vuelo en los que no recuerdo haberme dormido -o sí, o yo qué sé-. Recién aterrizado, lo primero que he hecho ha sido cogerme un café con leche que me lo he ido bebiendo mientras caminaba hacia la salida, me ha sabido a gloria (el café). Pasando un control, una chica me ha preguntado de dónde venía y le he dicho que de Mallorca; no se han activado las señales de alarma y me ha dejado entrar en Madrid. Sobre las 9 de la mañana llegaba a Móstoles y he ido a buscar desayuno. Una bolsa de porras y dirección a la cama. Llevo casi todo el día durmiendo y ahora me pongo a pensar en todas las cosas que he hecho en estas últimas semanas: volví de nuevo a la isla y de nuevo me encontré con la puta realidad en la cara. En esta semanas he ido médico, me he empadronado en el pueblo del que salí hace mil años, he sacado pastillas de la farmacia, he ido -no sé cuántas veces- al mercadona a por cosas que necesitaba para pasar esos días, he tomado kilómetros de café y tostadas con mermelada, me he masturbado y he visto cine italiano muy triste -que no tenía que haber visto-; he hecho encuentros con mis amigos y hemos cenado pizza, he estado con mi hija y hemos hablado de mil cosas; con ella también he atropellado policías, he golpeado a gente en la cabeza hasta matarla y he robado todo tipo de modelos de coche (en el GTA); he comido en la mesa con mi padre, he luchado desnudo con mosquitos a las 5 de la mañana, he oido los bostezos de los vecinos y he oido como meaban y se emocionaban con la mierda de fútbol, he seguido trabajando en mis guiones y proyectos, y he enviado mil mails -que seguramente nunca tendrán respuesta-; he pensando en mi vida, mi carrera artística y en mis años de cocina, he leído cómics y he abierto un montón de libros de mi librería que tenía a medias, me he chutado insulina y me han vacunado contra la «pandemia», he mirado Instagram y Twiter cada dos minutos -como extraño método para conseguir dormirme-; he comido frito (plato mallorquín) y he comido y tomado café un par de veces en el Mcdonalds, he leído un libro de entrevistas a Hitchcock, me he renovado el carné de coche y no he conducido, he seguido escribiendo este extraño diario, he grabado nuevos vídeos y he escrito nuevos textos para seguir grabando nuevos vídeos, he bajado hasta la playa y he recorrido el barrio en la búsqueda de -no sé qué-, he hecho fotos a gente rara, he pasado por el quiosco, he quedado con un amigo y hemos hablado de mi guion de largo mientras un pájaro se posaba en su césped y se sentaba a mi lado, he tomado pastillas para la ansiedad y me he mirado el nivel de azúcar casi cada día, he enviado un mensaje a mi antiguo jefe de cocina, he programado un show para esta semana, he tenido muchas interacciones en Twitter y he entrado varías veces a Facebook -buscando no sé qué-; me he apuntado a mil oferta de trabajos de mierda, me he hecho una sesión de fotos con un amigo, hemos seguido hablando de cine y hemos hecho una proyección de Roma y he visto como se quedaban dormidos, he hablado de refrescos con un extraño tipo de una tienda, he pesando en Proust y en los 4 Fantásticos de Byrne, he fregado el baño mil veces y me he duchado con agua ardiendo y agua medio fría, me he lavado los dientes, he lavado mis ropa interior a mano y me he afeitado la cabeza, he comprado una bolsa barata negra en el chino y he metido mi gel de manos dentro, me han amenazado con pegarme y he pesando en mucha cosas tristes de mi vida familiar, he pesando en la derrota, en tirar la toalla y pasar a otra cosa, he pensando en mil cosas y he dormido muy pocas horas, he visto coloquios de cine en Youtube y me he sacado un billete de vuelta a Madrid, he pensando en la existencia mientras mi padre me ponía al día de las personas que conocía del barrio que habían fallecido, he pasado por el puente y he pasado por mil locales cerrados.  21:47 de la noche.

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